El espectador
En el espectador me gustaría detenerme ahora, en el que se coloca frente a la obra. Antes de que se me olvide, quiero dar un consejo a todo el que visita una galería o una exposición de un pintor vivo: nunca hay que hacer un comentario peyorativo, sobre todo el día de la inauguración. El momento más vulnerable de un pintor es precisamente ese. Aunque el artista parezca como ido, hablando con uno y con otro con una sonrisa cansada, os aseguro que no pierde detalle de cada uno de los que están frente a sus cuadros; menos detectaría un satélite militar americano. Una risa, unas palabras irónicas ante un cuadro, le hieren al artista de la misma manera que a la chica que en una fiesta se percata de las burlas que provoca su vestido. Y no es justo herir al que da, aunque lo que dé resulte mediocre. ¿El arte es para el público, o el público es para el arte? Ante todo, el público es necesario, porque se ha de comunicar a alguien, por lo menos a uno. Intentaré detenerme en esto más adelante, po...